Un edificio enfermo es aquel que presenta problemas de mantención y diseño que causan efectos indeseados en sus habitantes. En estos casos, el origen específico de estas fallas es difícil de identificar, debido a que son muchos los factores involucrados.
Además, es usual que los ocupantes de un edificio enfermo presenten síntomas diversos, sin lesiones físicas u orgánicas, pero en proporciones mayores que sus vecinos o la comunidad en general.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha categorizado al síndrome del edificio enfermo en dos tipos:
- Edificios temporalmente enfermos: Son edificios nuevos o que han sido remodelados recientemente, en los que los síntomas disminuyen o desaparecen en un período aproximado de seis meses.
- Edificios permanentemente enfermos: Corresponden a edificios con síntomas persistentes y que, aunque hayan recibido algún tipo de mejoras, continúan con problemas durante años.
Características comunes de los edificios enfermos
Ningún edificio debe ser denominado inmediatamente como un edificio enfermo, ya que es necesario realizar un examen minucioso para hacer este diagnóstico.
Sin embargo, la OMS ha identificados algunas características recurrentes en recintos con este síndrome, estas son:
- Cuentan con sistemas de ventilación forzada, limitando la circulación del aire.
- Son de construcción ligera y de bajo costo.
- Las superficies interiores están recubiertas con material textil.
- Son herméticos.
- Aunque profesan ser eficientes energéticamente, no garantizan un adecuado control térmico.
Síntomas y diagnóstico
Además de las características propias de los edificios enfermos, los usuarios también desarrollan síntomas asociados, pero que no son completamente claros o relacionados con el estado del edificio. Alguno de estos son:
- Irritación de ojos, nariz o garganta.
- Sensación de sequedad en membranas mucosas o piel.
- Respiración dificultosa, ronquera o comezón.
- Dolor de cabeza, náuseas, mareos y vértigos.
- Elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfriados.
Para efectuar un diagnóstico objetivo se requiere una investigación cuidadosa que incluya a las personas afectadas y sus síntomas. Se recomienda realizar la evaluación durante la tarde ya que las molestias se acentúan al finalizar el día.
Posibles factores de riesgo
Entre los posibles contaminantes están los virus, bacterias, ácaros y otros de origen biológico. Además, los productos químicos con aditivos sinérgicos o antagónicos también pueden contaminar el ambiente.
Contaminantes ambientales
Los contaminantes más comunes se pueden agrupar en tres tipos según su fuente:
- Los ocupantes del edificio: vapor de agua, partículas o aerosoles biológicos y el humo de tabaco son los principales contaminantes originados por el ciclo de vida de los usuarios.
- Los materiales de construcción y decoración del edificio: Compuestos como el formaldehído, los vapores orgánicos, polvos y fibras (como asbestos, vidrio o textiles) contribuyen a la contaminación.
- Factores externos e internos: Si el edificio es cercano a fuentes de dióxido de azufre o radón, se deben tomar medidas adicionales para purificar el aire. Además, la limpieza de los interiores y la mantención de los ductos de ventilación también regulan la contaminación.
Olores
Gases y vapores generan incomodidad al causar irritaciones o sensación de ansiedad y estrés.
Para analizar las fuentes nocivas se utilizan dos unidades: olf y decipol. Un olf es el total de contaminantes aportados al aire por una persona estándar, mientras que decipol es la contaminación ambiental generada por una persona ventilada por 10 L/seg. en aire no contaminado.
Iluminación
Un contraste insuficiente, brillo excesivo y niveles de iluminación bajos pueden causar estrés visual, irritación de los ojos y dolores de cabeza. Los niveles recomendados para trabajos de oficina son 500 a 1000 lux y para trabajos prolongados con pantallas debe ser entre 150 y 300 lux en pantalla y 500 lux en el escritorio.
Ruido
Los niveles de presión sonora deben ser de 60 a 70 dB. En tanto los infrasonidos, los ruidos de baja frecuencia y los tonos puros deben ser excluidos para evitar molestias.
Humedad relativa
La humedad puede causar serios daños. Un intervalo ideal de este factor se encuentra entre el 30% y 50%. En casos de que los niveles sean superiores a 70%, se debe intervenir con celeridad, pues se crea el ambiente propicio para la formación de hongos y otros contaminantes.
Ventilación
Una ventilación parcial o insuficiente es la causa principal del síndrome de edificio enfermo. Esta siempre debe ser proporcional a la cantidad de personas que utilizan el espacio. Por ejemplo, para una oficina se sugiere un aporte de mínimo de 10 L/seg por persona.
También es relevante realizar mantenimientos al sistema de ventilación o calefacción y evitar recirculaciones que puedan generar nuevos contaminantes.
Para evitar este tipo de situaciones es primordial contar con un servicio de mantenimiento eficiente. En Hildebrandt Gruppe hemos implementado sistemas automatizados de control centralizado que nos permiten ahorrar tiempo y coordinar el confort de los recintos.