Cada vez que comenzamos un proyecto, tenemos que realizar una investigación teórica, técnica y en terreno, sobre aspectos como el clima, la cultura de las comunidades, el entorno geográfico y las necesidades de los futuros ocupantes.
En el caso de los establecimientos educacionales, también es necesario realizar un estudio de los sistemas de enseñanza que utiliza la institución, sólo así es posible crear los espacios necesarios para un determinado grupo de estudiantes. Cada pedagogía se debe reflejar en un espacio arquitectónico particular, este es un factor determinante.
No se trata simplemente de adaptar los salones o la apariencia, el desafío es posibilitar que las bases pedagógicas puedan ser implementadas en la infraestructura. Además, la arquitectura escolar debe expresar principios como la equidad, la integración del entorno y la igualdad de oportunidades.
Revisamos las recomendaciones de Jaime Gutiérrez Paz en su publicación “Estándares básicos para construcciones escolares, una mirada crítica” y las complementamos con nuestras experiencias en los proyectos Kindergarten del Colegio Alemán de Santiago y el Colegio Alemán de Ñuñoa.
Exterior de los establecimientos educacionales
Los edificios dedicados a la educación de los jóvenes deben reflejar una imagen amigable, contraria a las ideas de encierro, hacinamiento y obligación. El objetivo es crear un diseño atractivo, acogedor y motivante para los estudiantes.
En nuestro trabajo con el Colegio Alemán de Santiago, diseñamos un edificio colorido y didáctico, pensado especialmente en los niños que asisten a este establecimiento. Desde su fachada, el lugar invita a los estudiantes a participar.
Otro aspecto muy importante de los espacios exteriores es que estos deben ofrecer áreas abiertas lo suficientemente amplias para que los estudiantes puedan realizar actividades recreativas y de aprendizaje en grupos.
Los patios deben estar interconectados para aprovechar el entorno y ofrecer elementos para que los estudiantes interactúen.
La disposición y características de estos espacios tiene un efecto importante en la educación de los jóvenes, ya que pueden influir en la motivación de la creatividad y la capacidad de sociabilización con otros grupos.
El objetivo de la apertura es precisamente este, facilitar la socialización y el encuentro entre los estudiantes para que desarrollen sus habilidades comunicativas y las relaciones con sus pares.
Las zonas de circulación son las que organizan las distintas partes del colegio, conectando espacios comunes con salones y otras áreas. Estas partes deben poder identificarse fácilmente, con la finalidad de orientar a los usuarios, facilitar los flujos de movimiento y asignar funcionalidades a cada espacio disponible. La señalética y el uso del color juegan un papel fundamental en esta tarea.
Espacios interiores de los colegios
Los espacios interiores como las bibliotecas, las aulas especializadas, el auditorio, la administración y el comedor, entre otros, son parte importante de los procesos educativos, ya que promueven y apoyan el aprendizaje de las materias más teóricas. En ellas se llevan a cabo las clases y se generan los intercambios de ideas.
Muchos arquitectos están optado por crear ambientes similares a las viviendas, usando mobiliarios diversos y no estandarizados, para cambiar el aspecto tradicional de la escuela y crean aulas más similares al ambiente de hogar.
Hoy los estudiantes tienen una posición más activa en sus procesos educativos, por lo que necesitan contar con espacios que permiten pasar a una jerarquía más horizontal, rompiendo el esquema en el que el profesor guía la clase desde un lugar destacado.
Algunas opciones para estimular la participación activa son poner bibliotecas en los salones, ofrecer mobiliario para los trabajos en grupo e incluir conexiones para televisores y computadores. Las salas deben invitar al estudiante al libre pensamiento y la investigación, promoviendo el intercambio de ideas y la búsqueda personalizada del conocimiento.
Incluir estos cambios tiene dos repercusiones técnicas que los arquitectos deben considerar:
- Aumento del área construida por estudiante en las salas: Esta debe ser al menos un 30% más grande para poder incluir elementos como meses de trabajo, bibliotecas, laboratorios y extensiones hacia el exterior.
- Creación de espacios intermedios: Las áreas de circulación y salas compartidas deben considerar la integración de los distintos grupos que conviven en el establecimiento.
Consideraciones finales
En Hildebrandt Gruppe creemos que como empresa de arquitectura, ingeniería y construcción, tenemos la tarea de identificar los elementos clave de cada pedagogía, con el propósito de crear colegios versátiles y adaptables a los nuevos planteamientos. Como reglas generales, los establecimientos de educación deben mostrar una imagen de apertura hacia la ciudad, promover la inclusión y la igualdad, e idear formas de estimular la participación de los estudiantes.