Aprobado en noviembre del 2011, regula el comportamiento ético de los socios de la Cámara Chilena de la Construcción, sus relaciones con otros miembros de su equipo y el trabajo con terceros.
Su objetivo principal es llamar a la conciencia de los profesionales respecto a las conductas éticas que la comunidad y el país esperan del gremio, siempre siguiendo el principio de la buena fe. Si bien es obligatorio solo para los socios de la cámara, los principios y normativas establecidos traen beneficios tanto para los profesionales como para los clientes y también para los proyectos en general, ya que previenen situaciones conflictivas y mejoran la eficiencia en la resolución de diferencias.
Principales puntos tratados en el código
El documento está dividido en ocho capítulos, los cuales cubren aspectos sobre prevención, resolución de problemáticas, relaciones entre los equipos, la comunidad, los clientes y el cuidado del medio ambiente. Los puntos más importantes de cada sección son:
- Probidad y transparencia: Es obligación resguardar la buena fe, transparencia y aspectos éticos. Tanto en la contratación del diseño del proyecto como en la adquisición de productos, se deben considerar los aspectos objetivos y técnicos por sobre los económicos. De esta forma, los contratos buscarán un justo equilibrio, rechazando cláusulas abusivas e identificando claramente deberes y derechos. Además, es obligatorio que los secretos profesionales sean respetados y se eviten todas las conductas contrarias a la libre competencia, el tráfico de influencias y los conflictos de intereses.
- Calidad de los proyectos: Se debe demostrar que el diseño del proyecto se ha realizado considerando todos los elementos que garanticen una buena calidad. Es obligatorio que el contrato defina el tipo de fiscalización a utilizar y establezca la realización de un análisis de interferencias, estudios de constructibilidad y análisis de riesgo.
- Relación entre actores: Es necesario desarrollar una relación armónica y de confianza entre los actores involucrados mediante el adecuado cumplimiento de las exigencias en cada etapa, respetando los contratos. Además, se deben evitar los remates de precios, manteniendo en secreto las ofertas de terceros, otorgando documentos que clarifiquen los riesgos asumidos y permitiendo las visitas a terrenos, al disponer de profesionales para aclarar dudas.
- Prevención de riesgos: Se debe detallar en el contrato los sistemas de prevención de riesgos a aplicar, incluyendo todas las medidas necesarias para proteger la vida y salud de todos. Así mismo, es obligación mantener un programa que asigne responsabilidades a cada miembro, capacitar a los trabajadores mediante cursos de prevención de riesgos de accidentes y salud ocupacional, y afiliarlos a la Mutual de Seguridad de la CChC u otro organismo equivalente.
- Cuidado del medio ambiente: Las partes deben proteger el medio ambiente, incorporando medidas detalladas en el contrato que delimiten las obligaciones y los mecanismo de control a utilizar. Además, se debe fiscalizar el cumplimiento de las responsabilidades e incorporar las disposiciones de la Guía de Buenas Prácticas Ambientales elaborada por la CChC.
- Impacto en la comunidad: Las obras producen un gran impacto en sus alrededores, por lo que la comunidad debe saber la información general de la obra (actos, duración y etapas), y se debe mantener una adecuada comunicación con ella, siempre intentando minimizar las molestias que los trabajos pudieran ocasionar. Para esto, los proyectos deben contar con un Libro de Observaciones disponible para que las personas presenten sus reclamos.
- Resolución de controversias: Se deben utilizar medios alternativos de resolución de conflictos como la mediación, conciliación, negociación y/o paneles de expertos, procurando solucionar de forma rápida y equitativa cualquier dificultad. Además, se debe verificar la existencia de mecanismos de prevención y métodos de resolución establecidos en el contrato.
- Trato con el cliente: Los equipos deben cumplir con las especificaciones y condiciones pactadas, proveer material de la obra de forma personalizada y a través de un protocolo de entrega, respondiendo así oportunamente a las solicitudes, consultas y/o reclamos que puedan surgir.
El seguimiento de estas normas de buena conducta ayuda a la gestión eficiente de proyectos, ya que en caso de ocurrir algún conflicto entre las partes involucradas, existe de antemano un mecanismo definido para actuar. Además, obliga a los equipos a alcanzar acuerdos y dejarlos estipulados por escrito, transparentando los procedimientos a seguir en cada caso y creando una garantía de que los problemas tendrán una vía de solución.
En Hildebrandt Gruppe concordamos con todos los principios establecidos por este código, por lo que nos encontramos en el proceso de incorporación a esta organización. El documento completo de este código se encuentra disponible en el sitio oficial de la Cámara Chilena de la Construcción.