Norman Foster dictó en 1997 una charla en el Centro de Estudios Públicos de Chile en la que se definieron importantes bases teóricas sobre el papel de los edificios. En aquella conferencia, el reconocido arquitecto expuso su punto de vista sobre cómo la arquitectura debe ser un proceso de integración con respecto al contexto del lugar de emplazamiento a trabajar.
“Me interesa el potencial que puede tener un edificio para regenerar el “lugar”, ya se trate de una ciudad grande o pequeña: el poder de conferir una identidad, de tener una presencia simbólica, de comunicar algo y romper con determinadas barreras. Y me interesa, al mismo tiempo, la forma en que el proceso de diseño consigue poner en duda nuestros supuestos acerca de un edificio y conciliar necesidades que a menudo entran en conflicto. En ese sentido, el diseño es siempre un proceso integrador. (…)”
De esta forma, Foster profundiza sobre el valor de la integración y la conciliación de espacios, demostrando que sus intereses convergen al entregar soluciones arquitectónicas a los mandantes, usuarios y comunidades.
Elementos a considerar para establecer la integración
Para lograr estabilidad durante la integración de la arquitectura en comunidades en conflicto, el arquitecto señala cuatro aspectos:
1. Flexibilidad y ecología
La flexibilidad promueve el cambio continuo, mientras que los conceptos de “imagen”, “espacio eficiente” y “comunicación”, poseen un alto valor a niveles gerenciales y para los mandantes.
Es importante considerar que, así como no existen dos sitios iguales en el mundo, la cultura del lugar de trabajo, de la comunidad o del país es algo sutil, por lo que debe ser analizada con cuidado antes de proponer cambios radicales.
Asimismo, se deben utilizar técnicas de modelado que permitan hacer diseños delicados en función de la ecología, asumiendo una preocupación por el consumo energético.
2. Iniciativas cívicas y culturales
Todos los edificios proporcionan un foco social y una identidad a la comunidad, a la ciudad y al país; al mismo tiempo que atraen a los visitantes foráneos. La clave en los proyectos de remodelación, consisten en la integración apropiada entre las bases históricas y las mejoras del nuevo proyecto.
Para cuidar la iniciativa cívica es relevante comprender que los espacios públicos proveen a los edificios de núcleos sociales, por lo que la regeneración de espacios debe ser explorada, especialmente en obras que posean una gran carga simbólica.
3. Transporte y telecomunicaciones
La infraestructura de los sectores de telecomunicaciones tiene una importancia simbólica, según el arquitecto, ya que su función no consiste sólo en trasladar a las personas entre un punto y otro, sino que otorgan a las ciudades espacios de orgullo común. Por lo que estas iniciativas políticas, deben adecuarse a los lugares de emplazamiento y a los emblemas de la ciudad.
Añade también que en el modelo europeo de regeneración de espacios e infraestructura, el enfoque apunta a crear un edificio, que eventualmente tendrá la posibilidad de añadir otros habitáculos, anticipándose a una secuencia.
4. Tecnología y diseño
Las diferencias de escala y el uso de tecnologías se relacionan con los desafíos presentes en cada proyecto. Sin embargo, en la filosofía de Foster no existe una diferencia entre diseñar manillas de puertas o una estructura a gran escala, pues lo que busca es una integración exitosa, en el que el punto de contacto sea tan importante como la perspectiva en la que se mira.
Finalmente, el autor explica que aunque sería posible asumir que la filosofía de integración social y búsqueda de conceptos más ecológicos, estaría limitada sólo a edificios de gran envergadura, existen muchas oportunidades para que los arquitectos la incluyan en proyectos de viviendas sociales, edificios residenciales y regeneración de comunidades.
Norman también indica que aunque un edificio se valide en forma simbólica al transformar un lugar de interés y representar hitos de una ciudad, no existen dos países que compartan la misma actitud cultural hacia los edificios, por lo que, investigar y comprender a las culturas siempre será el primer paso al diseñar nuevas obras.