Sobre el proyecto
El requerimiento central de este proyecto fue la reposición del Hospital Nicolás Naranjo, con el objetivo principal de ofrecer a los habitantes un establecimiento moderno, adaptado a las características particulares del entorno y a las necesidades culturales de la comunidad.
El 6 de julio del 2007 fue inaugurado el nuevo Hospital de la Provincia del Huasco con el nombre “Monseñor Fernando Ariztía Ruiz”, en honor al Obispo Emérito de Copiapó, quien realizó una destacada labor pastoral y social.
Las instalaciones cubren un radio de 17.080 metros cuadrados y tienen una influencia que abarca desde el valle del río Huasco, de cordillera a mar, hasta la ruta 5 Norte, al sur de la Región de Atacama.
Su atractivo diseño se mimetiza con los colores de los cerros del valle, aprovecha las condiciones climáticas de la zona en sistemas de eficiencia energética, integra visualmente a las especies vegetales del lugar e incluye a la cultura de las comunidades a la que sirve.
Proceso y desarrollo
En el desarrollo de este proyecto destacaron la selección de componentes culturales, las medidas de eficiencia energética aplicadas y el diseño del paisajismo en torno al edificio.
Componentes culturales
Incorporamos componentes culturales diaguitas, manifestados principalmente en los glifos escalonados de los pavimentos interiores y los cierros exteriores. Además, usamos materialidades propias de la zona, como piedras Alto del Carmen y Crisocola, buscando una mimetización con el desierto acentuada por el Litofren color arena de las fachadas.
En el Consultorio de Especialidades incluimos dos grandes muros de piedra de Alto del Carmen, los que definen el atrio y el hall de doble altura del acceso, limitados por un muro cortina.
Diseñamos emparronados de vigas para dar sombra al acceso principal y a las terrazas exteriores del lado oriente. Estas áreas expanden visualmente las salas de espera interiores, permitiéndole a las personas disfrutar de los jardines, las terrazas y la luz natural.
También usamos pircas de piedra Crisocola en muretes para definir espacios exteriores, la morfología de estos se rescata de la Atacama rural y su materialidad de la actividad minera de la región.
Pusimos especial atención en la forma, color y protección pasiva de los recintos interiores del edificio de Hospitalización:
- Forma: En todos sus espacios, incorporamos esquinas blandas y curvas, las cuales generan un efecto acogedor para los pacientes.
- Color: Usamos distintos colores interiores para identificar cada piso, gris para el zócalo dedicado a servicios, rosado para maternidad en el primer piso, verde para cirugía y medicina ubicados en el segundo, y finalmente azul para el área de pensionados y amarillo para pediatría, ambos en el tercer nivel.
- Protección pasiva: Esta aísla a los recintos interiores del sol en verano y permite la incorporación de luz en invierno.
Eficiencia energética
Implementamos un quiebrasol para brindar protección pasiva a la fachada norte, protegiéndola del sol durante el verano y permitiendo el asoleamiento de las habitaciones interiores durante el invierno.
Gracias a la considerable masa térmica del edificio, se genera una reducida variación de temperatura al interior, manteniendo los niveles dentro del rango de confort térmico. Además, la generosa iluminación natural y los sensores de movimiento permiten reducir el consumo eléctrico de la iluminación en las circulaciones interiores.
Paisajismo
Integramos a las especies locales en un diseño que complementa a la arquitectura del hospital.
Las plantas propias de esta latitud exigen un bajo consumo de agua de riego y poca mantención, por lo que aportan de forma positiva al objetivo de crear un establecimiento que utilice los recursos disponibles de forma eficiente.
Resultado final
Creamos un establecimiento que ofrece los espacios adecuados para mejorar la calidad de vida y desarrollo de la comunidad, reduciendo las brechas de infraestructura y equipamiento entre los habitantes.
A través de su diseño y funcionalidades, el hospital de Vallenar integra a la cultura local y aprovecha los recursos naturales propios de la zona. Al estar situado sobre la meseta sur del valle del río Huasco, tiene una vista panorámica del curso de agua y la flora del lugar. Las habitaciones de hospitalización se situaron estratégicamente en el lado norte para apoyar la recuperación de los enfermos mediante la integración visual de estos espacios naturales.
El Hospital Provincial del Huasco es un centro público de mediana complejidad que hoy cuenta con las herramientas e infraestructura para ofrecer a la comunidad acciones integrales de prevención, promoción, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la salud.