Las necesidades de iluminación de un teatro, un hospital o un colegio, no son las mismas. La luz tiene un papel muy particular y fundamental en cada edificio, por lo que su distribución y efectos deben ser pensados desde el diseño y la arquitectura.
La luz, natural y artificial, influye en la organización conceptual de un espacio, contribuye a crear ambientes y guía a las personas dentro de un edificio. Se utiliza para acondicionar tanto el interior como el exterior, pero también puede ser considerada un elemento en sí misma.
La disciplina que estudia sus aplicaciones se llama luminotecnia. Se trata de una rama de la electrotecnia dedicada a producir la iluminación adecuada para cada ambiente, a través de técnicas para dirigir y controlar la luz.
¿Cómo se comporta la luz en los edificios?
Los objetos pueden absorber o reflejar la luz, dependiendo de las frecuencias de onda. El material que se utilice en las paredes, techos y suelos de un edificio, y los colores que se apliquen, influyen en la iluminación.
El índice de Reproducción cromática (IRC) indica la capacidad de una fuente lumínica de reproducir colores. La luz continua de las lámparas incandescentes alcanzan un IRC óptimo de 100, mientras que la iluminación discontinua de las lámparas de descarga llegan a niveles muy bajos, cercanos a 25, que distorsionan los colores.
Estos factores, junto con la distribución de las fuentes, definirán si una habitación es brillante y fresca, o tenue y relajada.
Funciones de la iluminación
El comportamiento de la luz dentro de los edificios debe analizarse junto a la funcionalidad que la iluminación debe cumplir en cada espacio. Esta puede reducir o ampliar, establecer conexiones, delimitar áreas, acentuar o disimular objetos y modificar alturas y anchos, sin necesidad de adaptar el espacio físico.
De acuerdo a estas capacidades, sus funciones pueden ser:
- Destacar o modificar formas: Puede desmaterializar un edificio o destacar sus materiales. Por ejemplo, en una superficie lisa y bien iluminada, puede hacer que no veamos los bordes.
- Orientar y guiar: Marca caminos, destaca áreas relevantes y muestra la ubicación de salidas y entradas.
- Apoyar una actividad: Puede relacionarse con la actividad del lugar y contribuir a realizar correctamente ciertas acciones. Por ejemplo, en un quirófano la luz debe enfocarse a iluminar la operación. En un mall, en cambio, hay múltiples focos de atención.
- Indicar: En exteriores puede enfatizar los hitos y hacerlos visibles a gran distancia. También puede ayudar a la seguridad indicando áreas importantes, salidas y entradas.
Métodos de iluminación
El sistema de iluminación que se elija influirá enormemente en la diversidad en los ambientes. En este sentido, se pueden definir cuatro métodos generales: básico, inundación, acento y orientación.
Básico
Distribuye la luz de forma uniforme, facilitando la percepción del plano horizontal. Puede ser directa-difusa, y eliminar las sombras y reflejos con alta eficiencia, o directa-dirigida, y generar un equilibrio entre uniformidad y brillo.
Inundación
Sirve para grandes espacios, ya que genera amplitud y delimita áreas. Cuando se aplica de forma vertical contribuye a la claridad general.
Acento
Realza objetos mediante un elevado contraste con el entorno. Llama la atención del observador hacia determinados elementos.
Orientación
Crea trayectos usando puntos o líneas de luz que se comportan como señales. Interviene en la seguridad y en los flujos de movimiento dentro de un edificio.
Nuevas tecnologías
Desde el uso de las ampolletas incandescentes hasta la irrupción de los LEDS, han ocurrido grandes cambios. Las nuevas tecnologías abren opciones para iluminación arquitectónica, orientadas a optimizar la eficiencia energética y mejorar la comodidad visual de los habitantes.
En Hildebrandt Gruppe utilizamos tecnologías cada vez más ecológicas y precisas. En nuestros proyectos, consideramos las fuentes naturales y artificiales en coordinación con el diseño del edificio, su entorno y las necesidades de los habitantes, para crear espacios óptimos.