La biomasa es cualquier materia orgánica de origen vegetal o animal que puede ser tratada y utilizada para generar energía. Los residuos producidos por la actividad de la agricultura y selvicultura, por ejemplo, son comúnmente utilizados para estos propósitos.
A través de la fotosíntesis, los árboles y plantas transforman la radiación solar en energía química y la almacenan como materia orgánica. En la biomasa, estos componentes son utilizados para la combustión o conversión térmica, emitiendo a la atmósfera un tipo de CO2 neutro que no daña el medio ambiente, ya que procede de material vegetal.
Existen muchos tipos de biomasa y todos pueden ser utilizados para calefacción, refrigeración y producción de agua caliente, tanto para viviendas particulares como para industrias. Con un sistema más complejo, también es posible conseguir energía eléctrica y biocombustibles a partir de este material.
Estructura y funcionamiento de las calderas
Existen distintos sistemas y equipos para uso doméstico, comercial e industrial, pero todos funcionan de forma similar. Por lo general, están compuestos por una caldera, un silo de biomasa, un sistema de alimentación, una sección de extracción y almacenamiento de cenizas, y un acumulador inercial.
Las calderas se activan automáticamente al detectar cierta temperatura. Un quemador de combustible incinera el material para generar una llama que se extiende de forma horizontal entrando en la caldera. El calor producido en esta combustión se transmite a un circuito de agua que puede ser usado para calefacción, duchas y climatización de piscinas.
Para almacenar el biocombustible, las calderas deben tener un contenedor de buen tamaño ubicado a un costado, con un tornillo que lo transporte hacia el interior. Las cenizas que se generan pueden ser recolectadas de forma automática para ser utilizadas más tarde como abono. Algunos sistemas incluyen además un acumulador en el que se puede almacenar el calor que no se utilice.
Tipos biomasa y calderas
Actualmente existen muchas opciones para usar como biomasa, estas pueden ser clasificadas en tres grupos:
- Natural: Proviene de la naturaleza y puede usarse sin ser intervenida. Por ejemplo, las hojas y las cáscaras de frutos secos.
- Residual: Proviene de los residuos del trabajo agrícola, ganadero e industrial. Por ejemplo, granulados y polvos orgánicos.
- Cultivos energéticos: Son combustibles tratados, derivados de productos agrícolas. Por ejemplo, los aceites vegetales.
Los residuos forestales pueden recibir un tratamiento y transformarse en pellets de unos 5 milímetros de diámetro y 2 centímetros de longitud, para facilitar su uso, almacenamiento y transporte. También se pueden crear cilindros más grandes llamados briquetas, estas tienen entre 20 y 50 centímetros de longitud y unos 13 centímetros de diámetro.
El material a utilizar dependerá del tipo de caldera que se use, ya que la granulometría, densidad, poder calorífico, cantidad de humedad, concentración cloro y las cenizas que genere en la combustión afectarán el funcionamiento del sistema.
En términos generales, existen cuatro tipos de calderas de biomasa:
- Convencionales adaptadas: Las calderas antiguas que originalmente se usaban con carbón pueden ser adaptadas para trabajar con pellets. Son económicas, pero su eficiencia es reducida en comparación con otros sistemas.
- Estándar: Tienen un alto rendimiento y sistemas automáticos de limpieza y suministro. La mayoría funciona solo con pellets.
- Mixtas: Funcionan con distintos tipos de biocombustible y es posible cambiar de uno a otro de forma rápida y eficiente.
- Condensación: Son pequeñas y funcionan solo con pellets. Usan un intercambiador para calentar el agua y recuperan la energía latente de la condensación, con lo que consiguen ahorrar combustible.
¿Cómo las incluimos en nuestros proyectos?
En Hildebrandt Gruppe hemos incluido esta tecnología en varios proyectos como parte de una estrategia de eficiencia energética y sustentabilidad, incluyendo calderas para apoyar la generación de energía y entregar un nivel de independencia del sistema central.
El tipo de caldera y combustible a utilizar dependen de las características particulares de cada edificio y el proyecto en general. Si necesita más información sobre estos servicios, contáctenos, cuéntenos su proyecto y lo orientaremos.