El estándar passivhaus establece los parámetros y técnicas necesarias para construir viviendas con un consumo energético hasta un 80% menor que las construcciones convencionales y que no necesitan de un sistema activo de calefacción.
Para alcanzar los parámetros establecidos y conseguir la certificación, las viviendas deben ofrecer un clima interior cómodo, una buena calidad del aire, aprovechar la energía del sol y contar con un sistema especial de aislación térmica. Además, es obligación que cumplan con ciertas condiciones y principios que son parte de la norma.
Este innovador sistema fue diseñado en 1988 por los profesores Bo Adamson de la Universidad Lund en Suecia, junto a Wolfgang Feist del instituto für Wohnen und Umwelt. Ellos desarrollaron el concepto como parte de un proyecto de investigación subvencionado por el Ministerio de Medio Ambiente de Alemania.
En 1990 crearon el primer edificio pasivo, una unidad de casas particulares de cuatro pisos construida en Darmstadt, Alemania. Este fue el primer proyecto habitado por familias que documentó un consumo de energía en calefacción menor a 12 kWh/m²a. Su gran mérito fue demostrar que el sistema funciona incluso en climas poco favorables, ya que esa área tiene un invierno muy crudo. El consumo de las distintas partes del edificio fue monitoreado cuidadosamente para su análisis posterior.
Luego de este éxito inicial que comprobó la viabilidad del sistema, se construyeron otros complejos residenciales y continuaron las investigaciones, esta vez en busca de opciones más económicas para cumplir con el estándar.
Formalización y expansión del estándar
Habiendo sumado la experiencia práctica a los conocimientos teóricos, en 1996 fue posible fundar el Passivhaus-Institut. El objetivo principal de este instituto es hasta hoy en día promocionar, controlar y promover el desarrollo de este estándar.
Ese mismo año se creó también el equipo llamado “Economical Passive Houses Working Group”, que compiló las prácticas y las ordenó en un método simplificado de planeamiento para casas pasivas llamado Passive House Planning Package (PHPP). Con esta iniciativa el grupo jugó un importante papel en la transición desde la teoría a la práctica.
Con la masificación aparecieron cada vez más proveedores de materiales y elementos para crear los sistemas de ventilación, aislación y los vidriados de alta eficiencia. Esto ayudó a que los precios bajaran e impulsó el desarrollo de la tecnología.
En la Unión Europea el proyecto CEPHEUS comercializó los productos desarrollados por Passivhaus. Este programa incluyó además la construcción de 250 unidades residenciales pasivas en cinco países europeos para investigar y evaluar el estándar.
A principios del 2000 Katrin Klingenberg, una arquitecto que estudió con Wolfgang Feist en Alemania, llevó el concepto a Estados Unidos. El estándar tardó tres años en consolidarse en ese país, donde en 2003 se construyó el primer edificio pasivo ubicado en la ciudad de Urbana en Illinois.
En 2007, Katrin se unió al constructor Mike Kernagis para fundar el Passive House Institute US (PHIUS).
Aplicación del estándar en la actualidad
En la actualidad ya se han construido más de 20 mil edificaciones en distintos países que cumplen con esta norma. La aplicación del estándar trajo consigo que en algunas regiones de Alemania y Austria ya sea el sistema obligatorio de construcción para la edificación pública. En Inglaterra también están pensando imponerlo como requisito obligatorio de las nuevas obras.
Los proyectos para crear viviendas Passivhaus se están expandiendo alrededor del mundo, con apoyo tanto de las empresas privadas como de los gobiernos. Por ejemplo, en la ciudad de Heidelberg se está organizando la urbanización de 115 hectáreas en las que se construirán únicamente edificaciones pasivas.
En Hildebrandt Gruppe llevamos varios años estudiando el Passivhaus y ya realizamos nuestro primer proyecto exitoso en este sentido, la casa Urlaub-Scarvaci ubicada en Chicureo. Esperamos que este sistema se siga expandiendo en nuestro país y que sus beneficios alcancen también a las viviendas sociales, tal como ya es tendencia en Europa.